martes, 28 de agosto de 2012

BANDAS SONORAS GLORIOSAS: A Dúo


Una de las experiencias más agradables que puede darnos el cine es la de cruzarnos con un film por el que no dábamos ni un centavo de expectativa y descubrir que estábamos equivocados, terminar disfrutando de un momento por lo menos entretenido, ameno. Eso es lo que me pasó con A Dúo (Duets, 2000), la película con gran trascendencia musical del día de hoy.



Como me gusta hacer siempre, voy a contar un poco de experiencia personal (a los que les interesa pasen al párrafo que sigue). Esta película siempre la veía en el videoclub pero, aunque me despertaba cierta curiosidad, nunca me decidí a alquilarla por miedo a que sea un fiasco. Por suerte los amigos de Telecentro siempre dan una mano extraña para esas cosas; ya conté anteriormente que tenían un canal propio en el que pasaban un sinfín de cine bizarro; bueno, con el comienzo del nuevo siglo y la competencia de DirectTV, los muchachos no quisieron achicarse y pusieron durante un buen tiempo sus propios canales de Pay Per View, Moviehouse... el asunto es que durante aproximadamente mes y medio se olvidaron de codificarlo, y así pude ver películas como esta una y otra vez en el mismo día durante un tiempo largo. Si, la anécdota es muy pedorra, pero me gusta compartir esas cosas.

Sigamos, A dúo se mete de lleno en el mundo de las competencias en bares de karaoke; esos lugares en donde cantantes aficionados (o público en general, bah) se suben a un improvisado escenario e interpretan versiones de grandes hits para la alegría del público visitante. Yo fui un par de veces a esos lugares y tengo que reconocer que son muy divertidos, es una muy buena forma de desinhibirse, no importa si se desafina, si se canta horrible, si nos olvidamos la letra o la cantamos fuera de tempo, todo es puro entretenimiento.
El asunto es que en EE.UU. el karaoke es tomado muy en serio, y se organizan competencias regionales y hasta nacionales, con cantantes que ya están a un paso de abandonar el amateurismo por así decirlo, es un verdadero espectáculo; y de eso nos habla la película.

 A modo de una road movie coral, este film dirigido por Bruce Paltrow plantea una competencia en Omaha con un premio en efectivo no muy cuantioso pero sí necesario para muchos de los participantes.
Ricky (¡¡¡Huey Lewis!!!) es un experimentado en el tema de cantar en bares, ahora se dirige a la competencia, pero en el camino se entera de la muerte de un viejo amigo y decide ir a su funeral en Las Vegas, una vez allí se encontrará con su hija Liv (Gwyneth “mi papá me dirige” Paltrow) y para estrechar lazos decidirán unir camino en la competencia.
Por otro lado un taxista (Scott Speedman) lleva en su vehículo a Suzi (Maria Bello) una chica exuberante y extrovertida pero que sufre de pánico escénico por lo que va a necesitar ayuda.
También tenemos a Todd (Paul Giamatti), un viajante de comercio con una vida puramente apagada, no tiene un punto de estadía, su familia no lo aprecia, y encima de halla perdido por todo el país; está lejos de conformarse con lo que la vida tiene para ofrecerle. De casualidad termina en un bar de karaoke y es ahí donde descubre su verdadera vocación y sentido de vida; claro que también se cruzará con Reggie (André Braugher) un preso que se fugó recientemente y se encuentra huyendo. Obviamente lo dos terminaran ayudándose; esta es para mi la mejor historia.
Estas tres son las historia principales, pero hay varios concursantes y casi todos tienen algo para contar; hasta hay una participación de Angie Dickinson.

Esta película fue filmada por Bruce Paltrow poco tiempo antes de su muerte y fue casi una excusa para poder trabajar aunque sea solo una vez con su hija, y en un proyecto en el que se vieran comprometidos, ya que ambos eran aficionados en el tema del canto.
En un principio, Gwyneth iba a interpretar el rol de Suzy y Brad Pitt iba a ser Billy, el taxista, pero previo al rodaje la pareja llegó a su fin y las cosas terminaron como se ve en pantalla.
También podría decirse que esta película sirvió para dar a conocer a la hija de Blythe Danner como interprete musical (después participó en otros proyectos musicales como un rol recurrente en la serie Glee), y para ser sinceros pese a que su voz es por demás frágil, no vocaliza mal.

Huey Lewis paraciera interpretarse a sí mismo, pero igualmente es grandioso verlo en escena y por lejos (y obviamente) es quien mejor canta. Pero el que se lleva todo los aplausos es Paul Giamatti, su papel de hombre apagado, perdido, que encuentra su vocación en el canto aficionado es puramente natural; puede que no cante hermosamente, pero se defiende, y además el karaoke se trata precisamente de eso.

La película tuvo mayoritariamente críticas negativas, y puede ser que no sea un gran film, pero sí es uno muy ameno y hasta personal, introspectivo, cosa que es muy difícil ver en Hollywood; y Paltrow padre lo logró con escasez de elementos. La sensación al terminar el film, más allá de terminar tarareando las canciones, es la de tener una sonrisa feliz, de agrado, no es una comedia de carcajadas pero sí un film muy grato.

En cuanto a la banda sonora, la canción más conocida y que sirvió como corte de difusión es Cruisin, un dueto entre Lewis y Paltrow; pero además tenemos Feeling Alright del propio Huey; Try a Little Tenderness interpretada por Giamatti y Arnold McCuller, y una versión de Sweet Dreams (Are made of this) cantada por Maria Bello (que está un poco mejor que en Coyote Ugly). En total el soundtrack contiene 12 canciones, todos “clásicos” estadounidenses reversionados especialmente, y la sensación al escucharlo es bastante similar al que logra la película.

En fin, A dúo es una película chiquita, menor, pero muy agradable de ver, lo que la hace ideal para esos momentos en que uno está medio bajoneado; y su banda sonora es un factor fundamental para lograr el clima adecuado.

Bueno, acá van algunas canciones:

Cruisin


Feeling Alright


Try a Little Tenderness:

No hay comentarios:

Publicar un comentario