viernes, 3 de agosto de 2012

ÓPERAS PRIMAS/INFAMES SECUELAS: Piraña II: Asesinos Voladores



Para del día de hoy me decidí a unir dos secciones en una ya que en este caso están bien complementadas... y ya que hace una semana que vengo con retrasos en las reseñas y no puedo ponerme al día, jeje.

Como muchísimos directores hoy día célebres, James Cameron comenzó su carrera bajo el ala del mago de la clase B Roger Corman; el tema es que a el le tocó en suerte comenzar con la secuela de una película bastante famosa; y si Corman le daba escaso presupuesto a producciones originales, menos presupuesto aún le iba a otorgar a una secuela que por lo general recaudan menos. Es así como el director de Avatar (2009) tuvo que pelear contra viento y marea (en este caso literalmente) para concretar su Piraña II: Asesinos Voladores (Piraña Part Two: The Spawning, 1981).


Decidí añadir este afiche para ver el título  de España, "Los vampiros del mar"!!!!



Anne (Tricia O’Neill) es una instructora de buceo en una isla caribeña que, tras la muerte del amigo de su hijo mientras bucea, se inmiscuye en la investigación de una serie de muertes relacionadas al océano. Tras “mucho” investigar va a caer en el terrible descubrimiento de que un barco hundido de la fuerza naval estadounidense portaba un cargamento de pirañas aladas!!!!, si, como lo leen, los pececitos que tienen dientes afilados ahora tienen alas y vuelan!!!, y por supuesto estos son los causantes de la sucesión de muertes. Como siempre ocurre en estas películas, todo esto va a suceder en los preparativos de un campamento de pesca que los gobernantes de la isla no están dispuestos a cancelar. Va a correr sangre, y van a llover pirañas (porque estas vuelan ¿entienden?)

La original Piraña (Piraña, 1978) fue planteada por Roger Corman como una manera de aprovechar el mega éxito de Tiburón (1975) con peces pequeños; pero Joe Dante se las arregló para plantear sus diferencias, logrando algo bastante original y ciertamente muy divertido y consiguiendo una de las mejores (y más taquilleras) películas producidas por la productora de Rogelio.
Pero Cameron no tuvo las mismas agallas; Piraña II, además de no tener casi ninguna relación con su original, termina siendo lo que la primera no fue, una descarada copia del film de Spielberg pero con un 0, 00001% de su presupuesto.

Toda la gracia que había hecho la gloria en la primera parte de Dante, acá simplemente desapareció... y eso que la premisa de esta secuela daba para el delirio desde el vamos (¡¡son pececitos que vuelan!!). Las cosas son tomadas con demasiada seriedad y los diálogos contienen una gravedad que sí, los convierte en risibles.

Los protagonistas son un trío actoral que también intenta emular a los de Steven, Tricia O’Neill pos suerte después se dedicó a la TV, su personaje parece una ama de casa preocupada, la gracia de estas películas clase B siempre es esperar ver un poco de carne, de piel... pero con Tricia no tenemos ni la más mínima esperanza, y mejor que sea así. A esta la acompañan Steve Marachuck, en el rol de novio de Anne/Tricia, otro pánfilo que por suerte abandonó rápido la pantalla grande; y completa el trío ¿heroico? el gran Lance Henricksen demostrando la inmensa amistad que lo une a Cameron (recuerden que el tipo iba ser el original T-800 de cierta película de Cameron), en el rol del jefe de policía , ex marido de Anne (el triángulo amoroso más estúdido jamás visto) que ayuda a los tórtolos... si, Henricksen hace de Roy Schneider en Tiburón.

Si uno habla de una película del “innovador del 3D” (¿?), es imposible no hacer referencia a los efectos especiales... bueno, se ve que Cameron estaba demasiado ocupado planeando su gran film de tres años después como para perderse en nimiedades como hacer que sus pirañas no parecieran de papel maché. Las escenas de “asesinatos” son el súmun de la ridiculez haciendo abuso de una inentendible cámara exploitation; el efecto volador de los peces (que en verdad no son pirañas, pero bueno, los de Dante tampoco lo eran) es sencillamente ridículo, los bichos salen del agua como si nada, pegan saltitos, vuelan como si fuesen un misil (es muy difícil explicarlo de otra manera), y encima mueven la mandíbula como si estuviesen comiendo un choclo rapidito. Además, en  varias secuencias  su piel/escamas/papel crepé se notan despegados!!! Mostrando un poco de estructura alámbrica.
Todo esto no sería tan grave (en serio, al fin uno sabe que es Clase B) sino fuese porque el tratamiento que se le da es el de un film serio, una película importante, se hace un abuso de primeros planos de los peces innecesarios... y se cae en la terrible risa involuntaria. Como si Cameron no supiese manejarse en el terreno del bajo presupuesto (aún Terminator es una película de gran presupuesto para una productora “independiente”) y aún así quisiese manejarse como en una película grande; es un director acostumbrado a impactar desde lo visual, y ya en su ópera prima da muestra de esto, lo que sucede es que acá no hay nada impactante visualmente, todo lo contrario, lo que lo coloca en un lugar de ridículo. Lo que le queda acá es generar misterio, suspenso, y algo de terror... y lo logra a medias, Hay algo de lo que hizo Dante en su antecesora que pareciera no entender Cameron, moverse bien con los presupuestos que se tienen, si no hay dinero hay que jugarse por el desborde, por lo exagerado, haciendo todo divertido; y Piraña 2 precisamente es escasamente divertida, intenta ser terrorífica, ¡pero tiene cardúmenes voladores!, no tiene l seriedad para lograr eso.

Así como estaban las cosas, James abandonó rápido rápido el barco de Corman para bucear en las aguas en las que mejor se mueve, las del impacto visual. Piraña 2 quedó como un registro de otra secuela que se mantiene lejísimos de su original, pero aún así logró convertirse en un clásico de las películas berretas y bien vale mirarla aunque se para ver el primer paso (en falso) de un director que luego iría por mejores cosas. 




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