Para del
día de hoy me decidí a unir dos secciones en una ya que en este caso están bien
complementadas... y ya que hace una semana que vengo con retrasos en las
reseñas y no puedo ponerme al día, jeje.
Como
muchísimos directores hoy día célebres, James Cameron comenzó su carrera bajo
el ala del mago de la clase B Roger Corman; el tema es que a el le tocó en
suerte comenzar con la secuela de una película bastante famosa; y si Corman le
daba escaso presupuesto a producciones originales, menos presupuesto aún le iba
a otorgar a una secuela que por lo general recaudan menos. Es así como el
director de Avatar (2009) tuvo que pelear contra viento y marea (en este
caso literalmente) para concretar su Piraña II: Asesinos Voladores (Piraña
Part Two: The Spawning, 1981).
Decidí añadir este afiche para ver el título de España, "Los vampiros del mar"!!!! |
Anne
(Tricia O’Neill) es una instructora de buceo en una isla caribeña que, tras la
muerte del amigo de su hijo mientras bucea, se inmiscuye en la investigación de
una serie de muertes relacionadas al océano. Tras “mucho” investigar va a caer
en el terrible descubrimiento de que un barco hundido de la fuerza naval
estadounidense portaba un cargamento de pirañas aladas!!!!, si, como lo leen,
los pececitos que tienen dientes afilados ahora tienen alas y vuelan!!!, y por
supuesto estos son los causantes de la sucesión de muertes. Como siempre ocurre
en estas películas, todo esto va a suceder en los preparativos de un campamento
de pesca que los gobernantes de la isla no están dispuestos a cancelar. Va a
correr sangre, y van a llover pirañas (porque estas vuelan ¿entienden?)
La original
Piraña (Piraña, 1978) fue planteada por Roger Corman como una manera de
aprovechar el mega éxito de Tiburón (1975) con peces pequeños; pero Joe
Dante se las arregló para plantear sus diferencias, logrando algo bastante
original y ciertamente muy divertido y consiguiendo una de las mejores (y más
taquilleras) películas producidas por la productora de Rogelio.
Pero
Cameron no tuvo las mismas agallas; Piraña II, además de no tener casi
ninguna relación con su original, termina siendo lo que la primera no fue, una
descarada copia del film de Spielberg pero con un 0, 00001% de su presupuesto.
Toda la
gracia que había hecho la gloria en la primera parte de Dante, acá simplemente
desapareció... y eso que la premisa de esta secuela daba para el delirio desde
el vamos (¡¡son pececitos que vuelan!!). Las cosas son tomadas con demasiada
seriedad y los diálogos contienen una gravedad que sí, los convierte en
risibles.
Los protagonistas
son un trío actoral que también intenta emular a los de Steven, Tricia O’Neill
pos suerte después se dedicó a la TV, su personaje parece una ama de casa
preocupada, la gracia de estas películas clase B siempre es esperar ver un poco
de carne, de piel... pero con Tricia no tenemos ni la más mínima esperanza, y
mejor que sea así. A esta la acompañan Steve Marachuck, en el rol de novio de
Anne/Tricia, otro pánfilo que por suerte abandonó rápido la pantalla grande; y
completa el trío ¿heroico? el gran Lance Henricksen demostrando la inmensa
amistad que lo une a Cameron (recuerden que el tipo iba ser el original T-800
de cierta película de Cameron), en el rol del jefe de policía , ex marido de
Anne (el triángulo amoroso más estúdido jamás visto) que ayuda a los
tórtolos... si, Henricksen hace de Roy Schneider en Tiburón.
Si uno
habla de una película del “innovador del 3D” (¿?), es imposible no hacer
referencia a los efectos especiales... bueno, se ve que Cameron estaba
demasiado ocupado planeando su gran film de tres años después como para
perderse en nimiedades como hacer que sus pirañas no parecieran de papel maché.
Las escenas de “asesinatos” son el súmun de la ridiculez haciendo abuso de una
inentendible cámara exploitation; el efecto volador de los peces (que en verdad
no son pirañas, pero bueno, los de Dante tampoco lo eran) es sencillamente
ridículo, los bichos salen del agua como si nada, pegan saltitos, vuelan como
si fuesen un misil (es muy difícil explicarlo de otra manera), y encima mueven la
mandíbula como si estuviesen comiendo un choclo rapidito. Además, en varias secuencias su piel/escamas/papel crepé se notan despegados!!! Mostrando un
poco de estructura alámbrica.
Todo esto
no sería tan grave (en serio, al fin uno sabe que es Clase B) sino fuese porque
el tratamiento que se le da es el de un film serio, una película importante, se
hace un abuso de primeros planos de los peces innecesarios... y se cae en la
terrible risa involuntaria. Como si Cameron no supiese manejarse en el terreno del
bajo presupuesto (aún Terminator es una película de gran presupuesto
para una productora “independiente”) y aún así quisiese manejarse como en una
película grande; es un director acostumbrado a impactar desde lo visual, y ya
en su ópera prima da muestra de esto, lo que sucede es que acá no hay nada
impactante visualmente, todo lo contrario, lo que lo coloca en un lugar de
ridículo. Lo que le queda acá es generar misterio, suspenso, y algo de
terror... y lo logra a medias, Hay algo de lo que hizo Dante en su antecesora
que pareciera no entender Cameron, moverse bien con los presupuestos que se
tienen, si no hay dinero hay que jugarse por el desborde, por lo exagerado,
haciendo todo divertido; y Piraña 2 precisamente es escasamente
divertida, intenta ser terrorífica, ¡pero tiene cardúmenes voladores!, no tiene
l seriedad para lograr eso.
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