miércoles, 29 de agosto de 2012

RAREZAS ARGENTINAS: El Rey de los exhortos


Voy a empezar diciendo que la película que elegí hoy para las “Rarezas Argentinas” no es una rareza, por lo que vendría siendo una excepción en esta sección. Aún así pertenece a un sub-género bien argentino y muy propio de la época (los ’70 hasta mediados los ’80), la comedia picaresca; por lo que sí podría parecer una rareza dentro del cine tomado como generalidad.
Habiendo hecho esta salvedad explico el por qué me decidí a hablar sobre El Rey de los exhortos (1979), hoy 29 de agosto se conmemora el nacimiento de Juan Bautista Alberdi, y se instituye como El día del abogado... para mí esta es la mejor películas de abogados de la Argentina, jeje, por lo menos es la que más veces vi, así que es una manera de autohomenajearme en mi día (para los que no entiendan de qué hablo, lean el perfil del blog, ya lo dije y lo repito, soy abogado).



El Dr. Alberto Benavides (Alberto Olmedo) es un abogado de la rama Civil, viudo hace un año, y actualmente inmerso únicamente en asuntos laborales ya que la culpa por reiteradas infidelidades hace que ahora cada vez que quiera avanzar tenga la aparición de su difunta esposa. Un colega de la rama Familia le pide que se encargue de un caso que no puede manejar, el divorcio del Ingeniero Julio Cartamil (Fernando Siro); Alberto acepta el caso pero no se interesa demasiado y posterga leer el expediente.
Una noche Benavides asiste a una cena de aniversario de casado de unos amigos, y ahí conoce a Susana Lezama (Susana Giménez), una mujer de la que se enamora inmediatamente y hasta parece poder romper con la “maldición” de las apariciones... lo que no sabe Alberto es que Susana es la esposa en trámite de divorcio con Cartamil.

Mientras voy escribiendo el argumento (que tiene más aristas que las que describí) voy pensando que El Rey de los exhortos sí es una rareza, aún dentro de su género, y más aún dentro de la filmografía de Olmedo y Hugo Sofovich, su director.
A diferencia de las películas que Alberto filmada en dúo con Jorge Porcel en donde, con diferentes variantes, siempre se giraba sobre los infortunios de ambos en tratar de lograr una conquista sexual a como dé lugar; cada vez que filmaban por separado, las temáticas de los dos parecían cambiar.
Porcel se inclinaba más hacia un tono infantil, se ponía a sí mismo como monigote, torpe, hiper inocente, e hizo de sí mismo un personaje aparte, el del Gordo Catrasca. En cambio, Olmedo se inclinaba a tocar vetas sociales, temas que en ese momento estaban candentes en la sociedad agregándole una cierta problemática, y por qué no algún mensaje; ya sea la fantasía de la infidelidad por presión de sus compañeros o amigos; la homosexualidad y el travestismo (tratado de manera un poco más seria que de costumbre) y los prejuicios que la rodean; el divorcio (que en ese momento estaba en plena discusión); la prostitución; y hasta el negocio detrás de los cultos paralelos (otro tema muy en boga por ese entonces).
Lo que hace particular a El rey... es el entero toque de comedia romántica. Esta bien, no es el estilo del romanceo estadounidense, acá las cosas pueden estar un poco subidas de tono, pero en comparación con el resto esta es mucho más blanca, agradable para un gusto delicado digamos... para que se entienda y no andar con tantas vueltas, salvo las tetas de Carmen Barbieri y las de Elena Sedova en escenas insignificantes no se ve nada, y el lenguaje es casi el de una comedia blanca.

Olmedo se mueve muy bien dentro del registro de enredos románticos y hasta llegamos a creerle que puede ser un galán. La pareja con Susana Jiménez ya es probada que tenía química, y en esta es donde más se demuestra (las escenas en las que ambos intentan ocultar sus reencuentros son por lejos lo mejor de la película).
Igualmente, el personaje de Susana no deja de tener ciertos elementos llamativos (y no me refiero al espantoso amarillo huevo que usa en el pelo), además de mostrarla en cada escena con un modelito distinto siempre de alta costura aún cuando está de entre casa, sí suena abrupto el cambio que hace el personaje a la mitad del metraje. En un principio la mujer no parece más que una arpía, vive hablando pavadas (por ahí dejaron que Jiménez improvisara), riéndose de su ex a sus espaldas, descuidando terriblemente a su hijo, mostrándose como inútil ama de casa, o sea bastante despreciable; pero en un punto la cosa cambia sin razón alguna y la vemos educando al pibe (¡!), cocinando, tratando de conciliar con su ex pareja, hasta logrando una mejor única con su galán a quien hasta ese entonces solo habia menospreciado; indudablemente su también guionista Hugo Sofovich se avispó de la poca empatía y cambió al personaje sobre la marcha.

Hablando de Sofovich, los rubros técnicos son por lo menos decentes. Hugo, tanto en TV como en cine (sus películas del dúo son por lejos las mejores) manejó siempre muy bien el timing del buen humor, las películas son una constante de escenas y diálogos puestos al srvicio de la gracia de los dos protagonistas, y la cosa cierra perfecta, como un engranaje bien aceitado. Pero particularmente esta película cuenta de un ritmo muy sostenido, diálogos muy bien construidos, y además rubros como a fotografía extrañamente acá funcionan (en estos films casi siempre había problemas de encuadre, por ejemplo); no por nada el director siempre dijo en entrevistas posteriores que El Rey... era la película de la que se sentía más orgulloso.

A esta altura decir que soy fanático de las películas de Olmedo y Porcel es una obviedad (a excepción de todo lo que hizo Enrique Carreras, por supuesto). Yo sé que son películas menospreciadas, muy criticadas; y hasta soy consciente que no están a la altura de grandes obras cinematogrpáficas... pero tampoco pretenden estarlo, son films pasatistas que solo buscan el entretenimiento de una manera noble, y lo consiguen; todo lo demás puede ser materia de discusión. 
El asunto es que, como escribí ni bien comencé esta reseña, hoy quería homenajearme, y como este blog en definitiva se trata de mí y las películas que me gustan o me disgustan hoy quise encontrar un buen ensamble entre mi profesión de abogado y mi fanatismo por el cine... y El rey de los exhortos es una película que me encanta, así que solo me queda por decir, bien por mi (¿?)



... Y COMO SIEMPRE PASA CON ESTAS COSA, ACÁ ESTA LA PELÍCULA COMPLETA:

4 comentarios:

  1. Todavia me estoy riendo de tu autohomenaje ... Lo lei hace varios dias , pero por esas cosas de mis ocupaciones no pude hacerle honor ... Tu sentido del humor es extraordinario, Sandro. No tengo palabras .

    ResponderEliminar
  2. gracias Gra, pasa que soy fana incondicional del dúo Olmedo y Porcel(pre-Enrique Carreras)

    ResponderEliminar
  3. Fueron y son dos grandes del humor argentino,màs allá de los problemas que tuvieron en sus vidas personales

    ResponderEliminar
  4. Alberto Olmedo nunca fué probado por algún director que intentara buscar en él sus dotes de actor para papeles más elevados.
    Si bién su naturaleza lo ancauzaba como un imán hacia películas como éstas - nadie puede afirmar que fuera incapaz de desarrolarse en otros géneros.
    Eso le quedó pendiente y de no haber sido por aquella madrugada trágica del 5 de Marzo de 1988 - es factible que con el devenir y evolución de su carrera - habría intentado nuevos caminos actorales.
    Fué un grande - y como él - todos los que hicieron de esa época gloriosa del cine nacional y las comedias televisivas, algo que nucleaba a la familia sin excesos - sin pornografía descarada - sin insultos - como sucede desde hace mucho tiempo - degradando el buen gusto y la calidad de los medios.
    Alberto - cada vez que voy a Mardel me llego hasta el Maral 39 - bajo del auto - subo a sus jardines y miro hacia arriba como esperando tu caída para ayudarte a no morir - y cruzo el boulevard para acariciar tus manos en la figura que te perpetúa.
    Que Dios te tenga en su mejor lugar.
    El recuerdo de tu paso será imborrable.
    >
    GUILLERMO

    ResponderEliminar