Mario
Soficci fue un verdadero todo terreno de nuestro cine. Pocas personalidades
pueden ser reconocidas ampliamente y con el mismo valor como director,
guionista y actor en numerosos films, y de temática muy diversa. A nadie le
caben dudas de que se trató de una de las más grandes artistas del cine
argentino; y lo que nos importa en esta ocasión, es que en varias oportunidades
se animó al suspenso, a lo fantástico, al terror.
Luego de
adaptar al cine en 1950 la obra de Alejandro Casona La barca sin pescador
(versión libre del Fausto); al año siguiente volvería con otra adaptación, esta
vez de una de las más grandes obras de la literatura fantástica universal, El
extraño caso del Dr. Jeckill y Mr. Hyde, a la cual oportunamente tituló El
extraño caso del hombre y la bestia (1951), convirtiéndose en un clásico
indiscutible de la filmografía nacional.
Podríamos
decir que la adaptación que Soficci (en realidad el guión de Ulyses Petit de
Murat) si bien introduce determinados cambios respecto de la novela original de
Robert Louis Stevenson es muy fiel en cuanto a sus espíritu y esencia; algo que
muy pocas de las miles de adaptaciones que tuvo lograron.
Resumidamente
el Dr. Jeckill experimente para tratar de separar la parte buena de la mala del
alma humana, y secretamente lo prueba sobre sí mismo. Esto generará que se
transforme en Eduardo Hyde un hombre cruel y despiadado. Seducido por el nuevo
descubrimiento Jeckill irá experimentando cada vez más con las
transformaciones, pero cada vez le cuesta más regresar a ser quien era; y la
“doble vida” interfiere en su círculo personal del cual está cada vez más
alejado.
Los cambios
que se hacen el argumento, en los hechos, y el agregado de personajes que en el
original no estaban parecieran ser puestos en pos de acrecentar el dramatismo
del relato, algo que Sofficci se encarga de perfeccionar con una puesta en
escena rigurosa, ajustada. Desde el comienzo queda claro que esta versión se
juega más por lo psicológico, por ver el sufrimiento de Jeckill y de quienes lo
rodean, que por el terror más duro y explícito, desde ese punto es casi
teatral. Este planteo le hace ganar terreno sobre el original de Stevenson que
precisamente también tiene un amplio costado psicológico (es más se supone que
es una suerte de auto-retrato de su relación con drogas alucinógenas).
Como ya
adelanté al principio, a la muy precisa dirección (tanto de escena como de
actores), Sofficci suma en esta oportunidad una de sus mejores interpretaciones;
la dualidad entre Jeckill y Hyde es asombrosa, digna de un maestro del terror y
del teatro; además su Eduardo Hyde calvo, moreno y ultra enigmático lo
convierten en un verdadero monstruo a admirar (similar al Nosferatu de
Morneau). Además, a diferencia de lio que podía esperarse, este vez, Hyde, no
es un ser de la noche, un vividor puro; es algo mucho más complejo, casi un
uraño, alguien a quien verdaderamente hay que temer.
Al
actor/director lo acompañan un verdadero cast de estrellas como Ana María
Campoy, José Cibrián, Olga Zubarry, y Federico Mansilla entre otros; todos con
interpretaciones que suben la media, notándose la mano en la dirección actoral.
El
extraño caso del hombre y la bestia es un film de estudio, y como la época
mandaba, todo en el él es grandioso, gigante. La producción se nota como amplia
y muy bien utilizado sus recursos.
Para
terminar con estos posteos que estuve realizando durante todo el mes y en
especial en esta sección que se la dediqué a grandes obras relacionadas con el
terror de nuestra época dorada en el cine; quería hacerlo con un film
emblemático, un clásico inmortal, y El extraño..., que tal vez no sea el
film más valorado de su director, sí es una de sus mejores obras en su doble
rol delante y detrás de cámara. Es una de esas películas que hicieron y hacen
grande a nuestro cine, y aún así, una rareza para el mismo; una que supo darle
una mirada que todas las otras adaptaciones no consiguieron, oscura (el aprovechamiento del blanco y negro es excepcional), analítica,
realmente profunda, mucho más allá del simple susto ocasional. Un film enorme,
en más de un sentido.
PELÍCULA COMPLETA (EN PARTES):